Después de muchos años de experiencia en el área de servicios del sector audiovisual decidimos fundar esta productora como necesidad, para contribuir a que exista el cine que nos importa. Hemos sido siempre admiradores de la teoría del centésimo mono, desarrollada por un grupo de científicos japoneses en los años 50. Inaudita aspira a ser el mono que limpia la patata y enseña a los restantes 99 lo buena que está. Apoyamos el cine en el que nadie confía, porque solo desde este lugar podemos generar nuevas narrativas y consolidar a nuevos talentos.

Producimos porque lloramos cuando vimos despedirse a Alfredo y Totó en Cinema Paradiso, porque nos sentimos de fiesta viendo Clímax y porque llevamos años admirando cómo Kusturica nos cuenta el dolor de la guerra sin renunciar en ningún momento a la comedia en Underground. Hay una electricidad especial que nos recorre cuando escuchamos y vemos al público reaccionar por primera vez ante las obras que les presentamos. Necesitamos sentir esa sensación de placer y alivio como forma de relacionarnos con el mundo. Esa sensación es Inaudita.